Cuando muere una rosa
baila su última danza con el viento,
desperdiga un aroma intenso
y dibuja en rojos oscuros la mañana.

Cuando es un sueño el que muere
perfila en verdes una realidad de pesimismo
y se enturbia la esperanza entre cipreses
ajenos a la frustración y al olvido.

Al morir la primavera
un verano tórrido dibuja
de blancos y ocres la nostalgia
y el sueño y la pereza nos alienta
a combatir con calma la jornada.

Mas cuando es una voz la que cae
en el silencio,
en la destrucción completa,
en el abismo,
no hay color para el vacío de su ausencia,
no hay ritmo, no hay palabra,
no hay poesía.

Cuando muere una voz
la melodía en el aire se silencia,
el tiempo se extiende y se flexiona
y nos sentimos abandonados en la tierra.

En ti estaba el orden de las cosas
y en el silencio de tu música,
el caos, el desorden, el vacío,
la nada entre las páginas de un libro,
la sinrazón de mi amor
en un espacio en la memoria.

4 respuestas a “Cuando muere una rosa”

  1. Y si no hubiera acentos donde no se debe mejor. Me gusta.

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    1. Corregido. Los correctores son muy peligrosos. Perdón, perdón

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