Tú risa

El caracoleo de tu risa es el primigenio oxigeno que conjuga mis abismos. Verte, quieras o no, apenas me seduce: mil años ante mis ojos, tu presencia provoca más placidez que arrebatado delirio. Oírte en si, sí me espabila: tienes el don de potenciar en mi conciencia un latido inseguro de precavida calma. Mas cuando…