He nacido aquí,
en un suburbio madrileño,
blanco en invierno y amarillo
tórrido en verano.
Esta ciudad castiza
es universo,
un cosmos en sí mismo
que integra y desintegra
a ciudadanos todos
de un sinfín de mundos.
Aquí he amado, a ratos,
y he odiado escasas veces,
me he convertido en ciudad
y he buscado mi estandarte.
Mi casa la encuadra
una estructura de hormigón
similar a tantas otras,
reflejo de un urbanismo
de siempre mal ideado.
Mas mi hogar es otra cosa,
es ese universo
de sueños compartidos
y anhelados
que rezuman quién soy yo
frente a mi entorno.
Para cimentar mi vida necesito
una mano amiga y una sonrisa,
un sueño, una quimera, una utopía
y un verso compartido en el reposo.
Como esclava de mi cuerpo
me dejo llevar por esta ciudad hostil
que a mí me ofrece
un rincón donde ser quién soy
entre los otros.
Pero, sobre todo,
me ofrece una caricia,
unas cañas al sol y aquella risas
que son mi energía vital.
Mi ciudad no se construye por calles,
carreteras asfaltadas,
edificios, puentes, parques…
Mi ciudad la creas tú cada día
y a tu lado está todo
en lo que me reconozco.
junio 26, AM at 12:27 am
me gusta, has rescatado el sentimiento humano desde la indiferencia de una gran ciudad
Me gustaMe gusta
junio 26, AM at 6:44 am
Al final lo importante es estar con aquellos que quieres. Muchas gracias 😘
Me gustaMe gusta