Cuando despeje la niebla
volveré a entender el silencio
de tu mirada,
la vacilante inseguridad
de tus manos y tus esperanzas
crédulas en mí.
Cuando despeje la niebla
mi cuerpo rebelde
será armonioso,
mis músculos responderán
a mi cerebro
y el halo de locura que modula
mis acciones
sucumbirá derretido por el orden.
Sí, cuando la niebla despeje,
mi voz desmontará los agudos,
mis ojos desvirtuarán las sombras
y mis oídos resucitarán el silencio.
Cuando despeje la niebla
volveré a ser quien fui
y no recuerdo,
y la bruma y el gris anodino
serán luz y color,
poesía y presente,
esperanza y pasión.
Mi universo me espera,
tan solo a un paso
más allá de la niebla.