Hay veces que las obras de la calle
se te atascan en la cabeza
y el ruido del martillo y el taladro
parecen abrir cicatrices en el cerebro.
A veces la sinrazón del sonido
impone un ritmo tedioso,
en ocasiones hiere el silencio
y la calma del hogar.
Pero hay días, son los menos,
en los que añoras que algo
destruya tus meninges,
que el aire de la calle
tire a golpes las puertas de tu casa,
que se rompa el vidrio de mil vasos,
que exploten las cañerías y las bajantes,
que suene algo, lo que sea
y donde sea…
Cualquier cosa capaz de silenciar el pensamiento
y de pintar en blanco las distancias.
Obras
Hay veces que las obras de la callese te atascan en la cabezay el ruido del martillo y el taladroparecen abrir cicatrices en el cerebro.A veces la sinrazón del sonidoimpone un ritmo tedioso,en ocasiones hiere el silencioy la calma del hogar.Pero hay días, son los menos,en los que añoras que algodestruya tus meninges,que el aire…
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