Domingo

Inicio la andadura del domingo
observando el amanecer mientras
los segundos juguetones se esfuman,
arrastrando minutos
y desbaratando horas.
La mañana exhala recogimiento y paz
cuando el mundo se felicita de festivos.
Ahora puedo verlo,
puedo ver como la luz del sol avanza
pintando de amarillos el gris.
Puedo ver como
se desperezan los pájaros,
como templa la temperatura
y emergen las esperanzas.
Soy más testigo
y menos actor que nunca
en una ciudad convulsa
que aun descansa.
Late Madrid despacio,
exhausta de cotidianidad,
en este instante
en que mis manos
te echan de menos en silencio.
Vacío late mi cuerpo anhelante
de torbellinos gozosos,
he perdido la esperanza de querer
ausente de soledad y nostalgia.
Se esfumó hoy entre las rendijas
aquello que proyecté ser
cuando creí que la vida
la construirían mis ansias.

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