Vivo mar,
aunque sé que no te importa.
Vivo frente a tu eternidad finita,
ante tu sosegada furia,
ante tu verde plata.
Vivo fugaz mientras tú ruges:
color, luz, sol, magia.
Vivo pequeño mientras engulles
siglos, sueños o batallas.
Pueblos enteros
nacen y sucumben
mientras tú, vuelves y vas,
ajeno a todo.
Tan pequeño y vulnerable
yo ante tu magia
desintegro mis días cotidianos;
una pincelada de humana
fugacidad
ante tu todo
frenético y oscilante,
universo limitado.
Sobrevivirás a mi yo,
a mi cuerpo y a mi mente,
a mis sueños y a mis nostalgias.
Y es que yo, como todos,
muero mar
aunque no tenga importancia.