Los verdes álamos entreveran
trazas azules de un cielo calmo.
Un apunte rojizo intuye,
entre sombras amarillas y ocres,
que llegará un nuevo otoño.
El mundo sigue avanzando
como contexto rítmico
de nuestro devenir.
La tierra agostada goza hoy
de un viento nuevo, serrano,
purificador y armónico,
que relaja la estridencia sofocante
del calor del verano.
Y, aunque este hoy
siempre es inconcluso,
intuimos un mañana más activo
de rutinas otoñales
entre el sueño y el asfalto.
Las expectativas de futuros sueños
tiñen hoy de malva mi mirada,
mientras mis palabras silentes
acompañan en la mañana
el rodar de mis piernas.
Todo me inspira poesía,
una poesía onanista
que muere cuando nace
porque no llega a destino
y el verso se quiebra
en silencio en mi alma.
El camino,
andado y desandado,
rodado y tropezado,
avanza al margen, por desgracia,
de comentarios.
Es vivificante el viento fresco en una mañana de agosto. Andar y rodar se convierten en sinónimos cuando la enfermedad es compañera de viaje. Pero,¿qué lastra más la parálisis de las piernas o las del intelecto del mundo que no aprecia la belleza de tus versos porque no se detiene para leerlos?
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Maravillosa fortaleza la que me trasmite tu poesía. Aunque sean malos tiempos para pararse a leerla
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Siempre hay tiempo para un poco de impulso. Gracias corazón
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Me ha gustado, te felicito por tu descripción de un mundo
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Muchas gracias 😘😘😘
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