
Me gustaría captarte en este instante,
en este segundo en el que tus dedos juegan ágiles
con el oscuro teclado del portátil.
Captarte para mi así,
concentrado, ausente,
dibujando aros con el humo del cigarro
y rebuscando las gafas distraídas
en un insólito lugar entre papeles.
Eres más tú que nunca
cuando escribes,
cuando martilleas las teclas con violencia
y no estás para nada ni para nadie.
Si supiera pintar esbozaría tu perfil
y en mi paleta rebosarían de color las impresiones,
mientras los claroscuros de tus ideas
matizarían de luz cada uno de tus gestos.
Si fuera capaz de captarte así,
en este segundo ausente y cotidiano,
podría confirmarme cada día
que amarte, amor,
era sin duda inevitable.