Al final el miedo vuelve,
siempre vuelve.
Estrangula mi mirada con su asfixia
y rebota de rojo
en las paredes de mi alma.
… Y no hay defensa.
Bloquea el entendimiento,
anula el raciocinio
y me precipita
a la desesperación gris
de recuerdos machacados
que buscan resucitarse.
El miedo vuelve,
siempre vuelve,
y aunque parece que el tiempo,
la vida recorrida
y la falacia de calma
son capaces de vencerlo,
siempre impone su euforia,
y mi sombra se entreteje con el suelo
como testigo mudo
de otra derrota.
Completamente humano… 🙂
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me asusta
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No te asustes, el miedo también existe
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