Mi mente fatigada
deambula entre la evidencia
macro del caos
y esta sutil y microscópica
degradación de mi cerebro.
Hoy mis linfocitos despistados
siguen destruyendo
lo que no deben.
No necesito enemigos externos:
Yo sola me inmovilizo
en pequeñas derrotas,
mientras mi entorno varía
al ritmo de mis pérdidas.
Mi cerebro malherido
sigue soñando,
evoca recuerdos próximos
alejados en siglos
por mi singular realidad.
Basta un par de años
para que el mundo conocido
se desmorone.
Sólo un par de años.
La reinvención constante
extenúa mi psique y mi cuerpo,
fluye la vida en otro tiempo
y otro espacio
y mi yo se revela.
Mis linfocitos despistados
irradian un tsunami
de consecuencias impredecibles.
Pero aquí sigo
de pie y sola
frente a las olas
suplicando compasión.
Sin palabras, Cris…
Para qué, si tus palabras cuentan lo que nunca «los sanos de lo tuyo» podremos siquiera imaginar…
Pero, de entre los sanos de lo tuyo, se escinde un grupo de enfermos del dolor ajeno que no entendemos cómo es posible esa condena lenta y anunciada, ese dolor físico, mental y emocional que invita a replantearse el porqué de la existencia, de las distintas existencias…
Cuestiono incluso las palabras y deseos de ánimo, Cris, que imagino serán un efímero aliento o el reconocimiento de tu valentía, de tu don poético…
A mi mente atea sólo le viene un vocablo: milagro. Ojalá el cuento fuera cierto.
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Muchas gracias. Esta lucha es tan continua que a veces desborda 😘
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Sobrecoge leer estas palabras que si sólo fuesen poesía serían bellas, pero tan cargadas de estupor ante el futuro y la vida me resultan terribles.
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así como el dolor….los milagros sí existen….sólo se requiere fe y esperanza.
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La enfermedad más incomprensible envuelta en palabras tan bellas que ennoblece su razón de ser. No obstante la fortaleza psíquica, física y moral te permitirán salir de esta oscuridad con una mejoría lenta pero perceptible. Tus poemas es lo único bueno que sale de linfocitos torpes y erráticos.
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No se puede expresar mejor
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Seguiré luchando, y luchando contra la decepción de lo que piensa la mente que piensa en hacer, caminar, soñar, anhelar hacer cosas y después el cuerpo no acompaña, no «llega». Decepción y con cada cambio, con cada nuevo deficit neurológico, tienes que volver a empezar a acostumbrarte a él. Es un continuo aprendizaje. Quiero que mi mente siga soñando.
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Como decía Frida Kahlo si no tenemos pies tendremos alas
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Tus palabras vuelan y tu genialidad provoca estímulo para SER una persona sublimemente SANA.
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